Lo que estamos investigando

1. El sonido original

Los tubos originales del órgano de Belén vuelven a emitir sonido. Montados sobre un pequeño fuelle portátil, sus voces milenarias resuenan por primera vez en tiempos modernos. Es una ventana al pasado única en el mundo, ya que nos permite la escucha directa de un sonido musical medieval: podemos percibir el mismísimo sonido que adornó la liturgia de la Basílica de la Natividad en tiempos de los Cruzados. Una de las líneas de trabajo del proyecto es precisamente presentar, analizar, comprender y revivir la experiencia sonora de un instrumento legendario que parecía condenado al silencio eterno.

2. Música celeste

Otro hallazgo ha sido descubrir que la geometría de los tubos originales se ajusta con precisión milimétrica a los modelos matemáticos descritos en tratados teóricos de los siglos X y XI. Estos tratados describen cómo construir un instrumento según las proporciones numéricas que rigen la Creación Divina. Si bien las Escrituras afirman que Dios creó un cosmos armonioso “con medida, número y peso” (Sabiduría 11:20), los eruditos medievales intentaron dilucidar de qué manera las proporciones armónicas universales se manifiestan en los tubos de órgano. La tarea representaba un desafío importante, dada la complejidad acústica de los tubos abiertos. Sin embargo, el órgano de Belén demuestra que cosmólogos y artesanos medievales lograron conciliar teoría y práctica. El órgano dejó de ser un simple ornamento litúrgico para convertirse en un símbolo de la creación cósmica: reflejaba la armonía de la “música de las esferas” haciéndola sensible y perceptible para el alma humana.

3. Lo que cuentan los metales

Cada tubo del órgano de Belén guarda la historia fascinante de quienes lo construyeron, afinaron, utilizaron, transportaron a Tierra Santa y finalmente desmantelaron para esconderlo bajo tierra y así protegerlo de la devastación ante una inminente invasión musulmana. Para descifrar esta historia, los investigadores han tomado muestras que están siendo analizadas en laboratorios con la tecnología más puntera. Aleaciones, huellas de soldadura, restos orgánicos, trazas de uso de herramientas, marcas de guía grabadas por el propio organero… cada rastro permite reconstruir el proceso de manufactura, los materiales utilizados y los conocimientos técnicos y teóricos que manejaban los artesanos medievales.

4. Volver a construir

Entre los 222 tubos conservados se encuentran ejemplares de todas las filas originales. Con ellos como guía, el equipo internacional de expertos trabaja en la réplica de los tubos originales y la reconstrucción de las partes perdidas del instrumento, de manera que se pueda recuperar el sonido del órgano en toda su plenitud. La extraordinaria conservación del material —en algunos casos aún sonoro— hace posible comparar el timbre de los tubos originales con el de las réplicas experimentales. El instrumento reconstruido, aún en fase piloto, permitirá no solo escucharlo, sino tocarlo, explorar sus posibilidades musicales… y, sobre todo, hacer que vuelva a vivir.

5. Paisaje sonoro de un Lugar Santo

El proyecto explora igualmente el contexto político y litúrgico del órgano dentro de la Basílica de la Natividad, especialmente en lo referente a las transferencias culturales entre Occidente y Oriente durante la época de las Cruzadas. Mientras que la mayoría del clero latino de Jerusalén-Belén provenía de París y del norte de Francia, la liturgia adoptó usos de las diócesis de Chartres, Ruan y York. El proyecto busca esclarecer el lugar del órgano dentro esta fascinante amalgama de influencias. Además, un trabajo colaborativo creará una reconstrucción digital del interior de la Basílica de la Natividad para explorar la probable ubicación original del órgano, su impacto visual, y su efecto acústico dentro del espacio arquitectónico. 

6. Órgano y campanas

La iconografía medieval suele representar el órgano acompañado de un conjunto de campanas afinadas que cuelgan en fila a un lado o encima del órgano. Los tubos del órgano de Belén fueron enterrados junto con once campanas afinadas, cuatro de las cuales muestran el nombre de las notas con letras marcadas en las propias campanas. ¿Estaban estas campanas destinadas a sonar junto con el órgano? El proyecto investiga también estas campanas para producir réplicas exactas y así poder estudiar sus propiedades sonoras, con el objetivo final de esclarecer la posible conexión musical entre el órgano y las campanas.

7. El Museo y la Custodia

El proyecto del Órgano de Belén se desarrolla en estrecha colaboración con el Museo de Tierra Santa y la Custodia de Tierra Santa, la institución que lo gestiona. Nuestro trabajo se inscribe así en una historia de preservación que se remonta a más de 800 años, cuando San Francisco de Asís inspiró la misión franciscana de proteger los Santos Lugares.

La Custodia ha sido la guardiana de innumerables tesoros arqueológicos y artísticos, entre ellos los restos de este órgano único. El Terra Sancta Museum es la culminación de esta labor: un centro de referencia mundial dedicado a mostrar la riqueza histórica y cultural de la cristiandad en Jerusalén.

Nuestra investigación contribuye directamente a la visión del museo. El órgano reconstruido ocupará un lugar de honor en la futura sala de música, un espacio diseñado para revivir el patrimonio sonoro de Tierra Santa. De esta forma, nuestro proyecto no solo recupera un sonido medieval, sino que se convierte en un nuevo capítulo en la larga y admirable historia de la Custodia, asegurando que el eco de la fe y la cultura de los Cruzados resuene para las generaciones futuras.